El sueño de Lechuza echó raíces en 2001, inspirado por la tierra y las lechuzas nativas. Fundada con pasión familiar, nuestros viñedos fueron cultivados con el conocimiento adquirido en UC Davis, floreciendo desde 2005. Kristin, influenciada por sus padres y mentores de vida, se unió al legado en 2013 para elevar el arte de la vinicultura.
Nuestro vino nace de una filosofía empresarial sostenible y colaborativa,
reflejando integridad y compromiso diario. Creemos en la fuerza de la comunidad y el poder de un vino inclusivo, invitando tanto a los curiosos como a los expertos a una pausa contemplativa en el mundo del vino.
Lechuza se destaca por su autenticidad y meticulosidad; somos, ante todo, guardianes de la tierra, agricultores antes que enólogos, eligiendo la perfección en cada uva, cada fermentación, cada barrica. Esta atención al detalle nos permite crear vinos con un carácter único, sin prisas ni cuotas, utilizando solo los mejores frutos de la tierra.
Pero Lechuza no es solo vino. Es un tributo vivo a México, un viaje sensorial que te invita a sumergirte en la rica cultura, pasión y hospitalidad de nuestra tierra.
